Robinia (Falsa acacia)
(Robinia pseudoacacia)
Orden: Fabales Familia: Fabaceaes
DESCRIPCIÓN:
Árbol caducifolio que puede alcanzar hasta 25 m de altura, con ramas a veces espinosas y corteza gris y agrietada.
Hoja: Sus hojas son caducas, alternas y compuestas por 3-11 hojuelas, siempre en número impar (imparipinnadas). Estas son de margen entero, ovaladas o redondeadas, a menudo con el ápice escotado y con el haz de un verde algo azulado. En la base de la hoja completa se observan a veces dos espinas que se disponen a ambos lados del rabillo.
Flor: Las flores salen al final de la primavera en racimos numerosos, blancos, aromáticos y colgantes.
Fruto: Los frutos son legumbres de 3-12 cm de largo por 1-1,5 cm de ancho, mates y más o menos aplanadas, que cuelgan al final de las ramas.
ECOLOGÍA:
Como planta asilvestrada la podemos encontrar en taludes, bordes de caminos, cunetas, descampados y bosques frescos y húmedos. Crece desde el nivel del mar hasta los 1600 m y es indiferente al tipo de suelo. A menudo se observa en verano cómo muchos ejemplares son atacados por pulgones que chupan sus jugos y generan un líquido viscoso que salpica las inmediaciones.
DISTRIBUCIÓN:
La falsa acacia es oriunda del centro y este de EEUU. En la Península Ibérica está ampliamente distribuida como planta ornamental y asilvestrada en muchos lugares. Está incluida en el Atlas de las plantas alóctonas invasoras en España.
CONSERVACIÓN:
Está incluida en el Atlas de las plantas alóctonas invasoras en España.
CURIOSIDADES:
En la Península su uso más habitual es como ornamental por su rápido crecimiento y vistosa floración. Sus flores son a veces consumidas por los niños como golosina, a la que suele llamarse 'pan y quesillo'.
En sus lugares de origen la madera se usó en pequeñas piezas como mangos y, donde era muy abundante, en estructuras de edificios.
Por otro lado, sus semillas son tóxicas y hay que tener cuidado de que no sean consumidas por el ganado.