Olivo
(Olea europea)


Orden: Lamiales Familia: Oleaceae
DESCRIPCIÓN:
Árbol perennifolio que no suele sobrepasar los 6 m de altura, incluso a veces arbusto o de mata, si es recomido por el ganado. Tronco grueso, corto, con frecuencia retorcido, y de corteza grisácea. Ramillas jóvenes blanquecinas y frecuentemente acabadas en espina en los ejemplares silvestres.
Hojas: Hojas simples, opuestas y cortamente pecioladas, coriáceas, de color verde oscuro y brillantes por el haz, y blanquecinas por el envés.
Flores: Flores pequeñas, amarillentas y hermafroditas, reunidas en grupos con aspecto de racimos compactos que nacen en las axilas de las hojas. Tienen 4 pétalos soldados en la base, 2 estambres y un pistilo.
Frutos: Fruto tipo drupa, la aceituna o la acebuchina, verde en su comienzo y negra en la madurez; en los ejemplares silvestres de aproximadamente 1 cm de longitud, mientras que en las razas cultivadas puede ser mucho mayor, hasta 3-4 cm.
ECOLOGÍA:
Se mezcla con coscojas, encinas, alcornoques, pinos xerófilos, palmitos, lenticos, cornicabras, jaras, romeros, etc.
DISTRIBUCIÓN:
Las poblaciones naturales del acebuche ocupan el sur de Europa, suroeste de Asia, norte de África e islas de la Macaronesia. No obstante, su extenso cultivo desde antiguo hace muy difícil reconocer el área natural. En la Península, se encuentra
en la mitad sur y en Levante, entrando por el valle del Ebro hasta el País Vasco, y hasta el sur de Galicia por la costa atlántica portuguesa. También aparece en las Baleares.
CURIOSIDADES:
El olivo además tiene un importante simbolismo mágico-religioso en el entorno mediterráneo. Diversas culturas lo han utilizado en sus ritos, principalmente la judeo-cristiana (domingo de Ramos). Con su aceite se ungían los reyes el día de su coronación, y también los enfermos terminales.