¿Sabías que...

A menudo, a lo largo de la historia siempre se ha hecho referencia al mal olor de estas aves cuando hacemos referencia a las abubillas, catalogándolas de aves sucias. Sin embargo, no son ellas las que huelen mal, sino sus nidos. Esta especie tiende a contener copiosas cantidades de heces en los nidos, lo cual hace que huelan muy mal, lo que sirve de protección contra sus depredadores. 

Además, las hembras que anidan, cuando son asustadas por un intruso, hacen salir una pequeña gota de una secreción oleosa pestilente que producen en una glándula situada en la base de la cola. Esa secreción tiene esas propiedades a causa de las bacterias simbiontes que crecen en la glándula, y que proporcionan al ave defensas frente a posibles patógenos. Las hembras impregnan su cuerpo con esa secreción oscura con frecuencia, pero además recubren voluntariamente los huevos con ella untándosela con el pico, lo que aumenta su éxito de eclosión.